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Tu pyme al día: tips para sobrevivir al “mes más corto”

Septiembre llega con cuecas, empanadas… y menos días hábiles para trabajar. En la práctica, el “mes más corto” obliga a las pymes a exprimir la productividad, organizar turnos con precisión y preparar la caja para enfrentar el último tramo del año.

El calendario manda

El 18 y 19 son feriados irrenunciables, blindados por ley. Eso significa que la operación se detiene, salvo en contados rubros como gastronomía o servicios de emergencia. Ojo: el descanso parte el 17 a las 21:00 y se extiende hasta las 06:00 del 20. Si no hay planificación, la pyme queda en pausa más de lo pensado.

Turnos sin estrés

El truco está en reforzar los días previos y posteriores, evitando que un equipo cargue con todo. Los trabajadores agradecen certezas, y un calendario compartido es la mejor herramienta para que nadie se quede en la duda de cuándo debe estar.

Caja en equilibrio

Las fiestas traen gasto extra y menos facturación. La recomendación: proyectar flujos, adelantar pagos cuando conviene y dejar un colchón de liquidez para sortear los días sin ventas. Septiembre es un buen ensayo general para diciembre, cuando la demanda y los costos se disparan.

Aliados digitales

No todo es papel y lápiz. Según Deloitte, las pymes que digitalizan su gestión tienen un 28 % más de probabilidades de enfrentar con éxito interrupciones como estas. Software de turnos, inventarios online y canales de comunicación interna alivian el peso de la administración y liberan tiempo para lo importante: dirigir el negocio.

Celebrar también suma

No todo es productividad y caja. Un gesto simple —un desayuno compartido, un reconocimiento o incluso un detalle dieciochero— ayuda a reforzar la cohesión del equipo. En semanas cortas y cargadas, el clima laboral puede ser tan estratégico como la planificación financiera.

Septiembre es un reto, sí. Pero también es la oportunidad de mostrar que tu pyme sabe organizarse, cuidar a su gente y proyectar confianza hacia adelante. El “mes más corto” se sobrevive con cabeza fría… y con un poco de espíritu festivo.