Las vacaciones progresivas no son un detalle administrativo. Son una forma de reconocer el compromiso y la trayectoria de las personas que llevan años aportando a una empresa. En Chile, este derecho está establecido en el Código del Trabajo y permite que los trabajadores, después de cierto tiempo, sumen días adicionales a sus vacaciones legales.
Es un beneficio que muchas veces pasa desapercibido, pero que tiene un valor enorme para la gestión de personas. Reconocerlo a tiempo evita conflictos, fortalece la confianza y demuestra que la empresa no solo cumple con la ley, sino que valora el tiempo invertido por su equipo.
Cómo funciona el feriado progresivo
La ley es clara: una persona que acumule diez años de trabajo, continuos o no, tiene derecho a un día extra de vacaciones por cada tres años que cumpla con el mismo empleador. Es decir, después de llegar a esa base de diez años de cotizaciones, cada nuevo ciclo de tres años dentro de tu empresa suma un día más al feriado anual.
Ese día adicional no se pierde ni se descuenta; se integra de forma permanente al total de vacaciones del trabajador mientras continúe en la misma organización. Sin embargo, si cambia de empleador, el cálculo vuelve a empezar, ya que el beneficio se aplica únicamente en relación con el lugar donde actualmente trabaja.
Lo que necesitas saber como empleador
Para acceder a las vacaciones progresivas, el trabajador debe acreditar sus años de servicio. Normalmente lo hace presentando un certificado emitido por su AFP, que detalla el tiempo cotizado. Si no entrega esa documentación, el empleador no tiene la obligación de aplicar el beneficio, por lo que es importante establecer canales claros para que el equipo pueda presentar estos antecedentes de forma ordenada.
También es fundamental mantener registros actualizados de antigüedad y revisar periódicamente los contratos y políticas internas. Cuando el área de recursos humanos tiene esta información al día, puede anticipar solicitudes, planificar descansos y evitar errores en los cálculos o acumulaciones de días.
Por qué desde octubre es el momento ideal para revisarlo
Octubre suele ser el mes en que muchas empresas comienzan a planificar el cierre del año. Revisar el estado de las vacaciones progresivas ahora permite anticipar los permisos que podrían solicitarse en los meses siguientes, distribuir mejor las cargas laborales y asegurar continuidad operativa durante las semanas más intensas.
También es una oportunidad para reforzar la comunicación interna. Explicar cómo funciona este beneficio, qué pasos debe seguir cada persona para acreditarlo y cómo se suman los días al feriado legal puede marcar la diferencia entre una gestión transparente y una que genere incertidumbre.
Un reconocimiento que fortalece vínculos
Gestionar bien las vacaciones progresivas no se trata solo de cumplir con la ley. Se trata de construir una relación laboral basada en la confianza y el respeto. Reconocer la antigüedad es una señal de que la empresa valora a quienes han estado ahí a largo plazo, acompañando su crecimiento.
En un contexto donde retener talento se vuelve cada vez más desafiante, los detalles que muestran coherencia entre el discurso y la práctica son los que marcan la diferencia. Dar el espacio para que las personas descansen y reconocer su tiempo en la organización es, en el fondo, una forma de cuidar la cultura y de fortalecer el equipo que sostiene el negocio día a día.